jueves, 20 de enero de 2011

EL PALACIO DE HUAYNA CÁPAC UN AULA VIVIENTE

Temprano en la mañana, alrededor de las 8h00 horas  de lunes a viernes empieza una actividad febril en el Complejo Arqueológico de Pumapungo, el bullicio de niños y jóvenes provenientes de las escuelas y colegios de la ciudad que llegan a visitar los museos y ruinas que pertenecieron al Banco Central del Ecuador y hoy son administrados por el Ministerio de Cultura, estos bienes que son parte del Patrimonio Cultural del Ecuador se convierten en una especie de aula en la cual los niños y jóvenes aprenden in situ sobre el pasado de su pueblo.
El Banco Central del Ecuador desarrolló su proyecto Pumapungo, teniendo como objetivo tratar de rescatar y recrear la forma de vida de los habitantes de la ciudad imperial inca de Tomebamba (Tumipamba) en el siglo XV, Tomebamba fue la cuna del Inca Huayna Cápac , gobernante del más grande imperio de América de Sur y líder de una de las civilizaciones más importante de la época anterior a la Conquista, fue su padre el inca Tupac Yupanqui, quien  sometió a  la antigua capital cañarí, instalándose en ella, en esta ciudad nació su hijo quien embelleció a su tierra natal y la convirtió en la segunda capital del imperio.
Tupac Yupanqui construyó su palacio imperial en el actual Pumapungo, que quiere decir la “Puerta del Puma”, su hijo Huayna Capac lo embelleció; y, diseño un complejo político religioso que incluyó sus  jardines en la parte baja a orillas del Tomebamba.  La guerra civil entre los hijos de Atahualpa y Huascar desencadenaron la destrucción de Tomebamba  por los ejércitos de  Atahualpa, pues los habitantes de la ciudad apoyaron a su hermano en la lucha por  el poder imperial, por ello a la llegada de los españoles a estas tierras, Tomebamba era un pálido reflejo de su esplendor.
Fue solo en el siglo XX cuando el arqueólogo  Max Uhle y el historiador González Suarez  redescubrieron el Palacio Imperial de Pumapungo, hasta que a finales de  de la década de los setenta del siglo pasado y en los años ochenta el Banco Central del Ecuador adquirió el predio para levantar su complejo bancario y cultural empezando excavaciones arqueológicas que permitieron rescatar los vestigios de los cimientos de los diferentes edificios que integraban el palacio de Huayna Cápac.
Los descubrimientos arqueológicos realizados por el equipo dirigido por Jaime Idrovo  generaron la necesidad de crear un museo de sitio para su exhibición, el cual hoy emplea la más avanzada tecnología  para dar a conocer a sus visitantes detalles de la vida cotidiana de los habitantes de la Tomebamaba Imperial.
Al edificar su complejo bancario y cultural el Banco Central destino la parte norte de Pumapungo para ese fin, a la vez que diseño  otras salas museísticas en las que hoy se exhiben obras escultóricas y pictóricas, que corresponde a las épocas: colonial, republicana y del siglo XX del Ecuador y principalmente de Cuenca, asimismo se creó el Museo Etnográfico Nacional, que  permite a los visitantes tener una visión amplia y detallada de los grupos étnicos que habitan el Ecuador de hoy; en este marco, los pequeños escolares y los jóvenes colegiales pueden vivir y sentir, de forma casi real, la vida de los habitantes del Ecuador y su forma cultural de enfrentarla., esto se ha logrado con el diseño y puesta en marcha del Proyecto Educativo DEL MUSEO PUMAPUNGO  denominado  LA MAGIA DE NUESTROS TAITAS, que viene funcionando desde hace nueve años.
 El licenciado Jorge Ortega director del programa dice del mismo que: “…nace de la necesidad de dar a conocer la importancia de los vestigios arqueológicos y la inauguración del parque Pumapungo. Este programa tiene por intención masificar el conocimiento histórico de nuestra región y en particular el uso que tuvo en estos espacios regionales la presencia de grupos anteriores a la venida de los españoles recalcando la importancia de las culturas cañarí e inca como importantes dentro de la historia de nuestra región…”
 Al ingresar a los Museos  que hoy son del Ministerio de Cultura, los visitantes son recibidos pos sus guías, quienes les acompañan por cada una de las salas del museo y por el parque arqueológico, que incluye los jardines del inca  y un centro de rescate de aves y animales de la región, cuyo fin es el cuidado temporal de los mismos, para reinsertarlos en sus hábitats naturales, la visita dura alrededor de dos horas según Guadalupe Ordóñez, Guía del Museo, quien dice que se realizan alrededor de 6 visitas diarias de grupos de entre 30 y 60 personas, que corresponden a Escuelas y Colegios de la ciudad, la provincia y en ocasiones del país.
EL MUSEO NUMISMÁTICO
La visita puede iniciarse por el subsuelo en donde se encuentra el Museo Numismático, que nos cuenta la historia de la moneda en el Ecuador desde las conchas spondylus empleadas por nuestros antepasados indígenas, pasando por las macuquinas españolas, a las monedas republicanas y nuestro sucre ya desaparecido, con sus monedas y billetes, de diferentes denominaciones.
LA SALA TOMEBAMBA
En la planta baja los estudiantes pueden ingresar a la sala interactiva de Tomebamba donde se aprecia la piezas en oro y plata encontradas en las excavaciones de Pumapungo, y figuras que representan a los habitantes  de Tomebamba en algunas escenas de la vida cotidiana con sus vestimenta colorida y sus adornos corporales.
La Sala de Arte del siglo XIX contiene pinturas y esculturas de la escuela cuencana, sobresalen las esculturas de Vélez, Sangurima y Ayabaca, los más importantes escultores del siglo XIX en Cuenca; los niños y jóvenes se sobrecogen con las imágenes de Cristo Crucificado y aprecian la religiosidad de la ciudad, que es uno de los símbolos de su cultura;  también encontramos los bustos de personajes ilustres de la ciudad. Los cuadros   de  esta sala  muestran  los paisajes andinos, del oriente; y, la costa ecuatoriana son obras de Luis A. Martínez y Troya; y, por fin los cuadros de Honorato Vásquez  nos muestran paisajes  de Cuenca y sus alrededores en la segunda mitad del siglo XIX.
Los cuadros del siglo XX, cierran las exposiciones pictóricas, son cuadros costumbristas algunos, y otros de realismo e indigenismo mezclados con uno que otro modernista, de autores como Egas

EL MUESEO ETNOGRÁFICO
El segundo Piso del edificio es ocupado por el Museo Etnográfico Nacional, todas las etnias que habitan el Ecuador sus trajes, costumbres, vestimenta están representadas en él; los afroecuatorianos y su marimba, los tsachilas (colorados), los montubios, las cofanes, los shuar, los achuar, los canelos-quijos,  los cayapas,  los cañaris, la chola cuencana y el Pase  del Niño, los otavalos, los zumbahuas, los tiguas, los gungajes y  moretas de Cotopaxi y la fiesta de la Mama negra, los Salasacas de Tungurahua y su fiesta del Corpus Christi, los Chimbos y el Carnaval de Guaranda, los guanos, cachas y guamotes del Chimborazo,  los saraguros y su luto por Atahualpa, pasan en  cuarenta y cinco minutos por los ojos curiosos de las nuevas generaciones de la ciudad y el país.
La cerámica, el poncho, la música y el baile son temas que distinguen a cada uno de los pueblos que habitan en el país y les da su identidad, eso y más les muestra el Museo Etnográfico Nacional a los niños y jóvenes que descubren por si mismos la inmensa riqueza humana  de nuestro pequeño Ecuador.
LAS TSANTSAS
El Museo Etnográfico tiene en sus instalaciones un espacio especial para las llamadas Tsantsas o Cabezas Reducidas que son autenticas y se conservan  en contenedores especiales con gas inherte y oxígeno que evita su deterioro por presencia de microrganismos que deterioran la piel, las tsantas  han dado lugar a muchas  leyendas en su torno, que incluso han llegado al cine y la literatura; pero la reducción de cabezas es una expresión cultural religiosa de los shuar y su creencia de que el alma de los hombres reside en la cabeza; esta etnia que habita las  provincias de Morona Santiago, el sur de Pastaza y el Norte de Zamora Chinchipe en el oriente ecuatoriano, y el Perú.
LOS JARDINES DEL INCA
Los visitantes terminan su recorrido a los museos y con gran curiosidad inician su paseo bajo el ardiente sol andino, por las ruinas de la coricancha (mirador), acllahuasi (vivienda cañarí), las terrazas que constituían un método andino de conservación del suelo para evitar la erosión, el paisaje es complementado por llamas y vicuñas, especies domesticadas por los pueblos andinos, que permitían dotarles de comida, vestido y  ser animales de carga ; y, alegres y entre comentarios descienden a los Jardines del  Inca, que pretende ser una recreación de lo que algunos relatos históricos  de los cronistas de indias, como Cieza de León, Huaman Poma de Ayala que dicen fue la zona en la cual el inca tenía sus cultivos y jardines personales, que en la visión andina era la chacra (maizal), alrededor del cual se sembraba, el poroto, las papas, ocas y demás alimentos,  en medio de los jardines se encontraba el lugar en donde se purificaba  el Inca ( Baño del Inca) con las aguas del Tomebamba.
 Los jardines están sembrados de maíz, papa, oca y  las especies de la flora andina, como el guando, el San Pedro, las plantas medicinales como toronjil, ruda, cedro, manzanilla, que eran empalada que hasta hoy nuestro pueblo emplea para curar sus males, su cuidado técnico y especial han logrado que por estos días una bandada de pericos silvestres y bulliciosos hagan de él su hogar. En medio de las especies vegetales esta la laguna cuyas aguas se alimentan del Río Tomebamba, y permiten que vivan truchas y carpas.

Por último, el recorrido termina con la vista al Centro de Avifauna que es un refugio de especies animales en especial aves, que han sido rescatadas de poder de personas que las mantenían en cautiverio o pretendían comercializarlas estando prohibida su compra venta; aquí encontramos  águilas, tucanes, pavos reales, chachalacas, loras, pericos, hucamayas, el pato silbón, quillilico, y otros.

El paseo termina, los comentarios finales entre risas, cansancio, sudor, admiración y nuevos conocimientos son el cierre de estas clases vivenciales que permite Pumapungo y sus tesoros; así lo testimonia Elisa Ruilova, estudiante del Quinto Curso de Sociales del Colegio Octavio Cordero que dice que la visita le ha permitido “…Saber cosas interesantes de las culturas antiguas como la cañari y la inca, los animales, las aves que hay a los alrededores y lo que hay que hacer para conservarlos; como elaboraban los adobes, sus ropas, la paja toquilla, la Tsantsa, etcétera…”.

Pumapungo está abierto de lunes a viernes de 8h00s a 17h30 y los sábados de 9hs00 a 13h00, la visita no tiene costo, la ganancia es invalorable, alrededor de treinta mil personas lo han visitado el año pasado.

LA LÚDICA Y PUMAPUNGO
La lúdica es un método de enseñanza que permite adquirir conocimientos a través del juego, en Pumapungo se utiliza este método, pues los niños y jóvenes pueden aprender jugando,  en el Museo Numismático se les permite tocar reproducciones  de las monedas diseñadas con este fin;  en la Sala  Tomebamba el jugo interactivo utilizando computadores para aprender es una muestra de ello.

                           
La Tsantsa
La Tsansa es una manifestación cultural del pueblo shuar ligado estrechamente a su religión, que se asentaba en la creencia de que había tres almas: neka, la arutam y la muisac.  El alma "neka" es la innata, mientras que la "arutam" es la que se debe adquirir en un proceso muy largo. La última es la más relacionada con la ceremonia "tsantsa", ya que se desarrolla en la cabeza, la "muisac" reside en la cabeza de los enemigos, que una vez muertos, pueden volver para vengarse, por ello hacen el proceso de reducción de cabezas, las colocan como trofeos para evitar su retorno.
La reducción de cabeza o ceremonia de la "tsantsa" era un proceso largo y de compleja elaboración y se realizaba dentro de una celebración mágica en la que se debían recitar canciones rituales; en primera  instancia a la cabeza del enemigo se cocían los párpados y  tiñia la piel de negro, para que permanezca el espíritu del enemigo en la oscuridad. 
Para el proceso de reducción la cabeza se debe desollar (quitar la piel) realizando un corte en la parte posterior, separando la piel del cráneo, se coloca un lazo, se la envuelve en una tela y se guarda en un frasco de barro, con ello está preparada para el proceso de reducción,  para lo cual la cabeza desollada  se introduce en una olla con agua hirviendo mezclada con un jugo de liana o chinchip en su idioma,  que evitaba la perdida del pelo, la cabeza no  era sacada mientras no alcance el tamaño reducido deseado. Una vez reducida se raspa su superficie, se cose los orificios de los ojos y de la parte posterior para evitar que se deforme, se introducían piedras calientes por el orificio del cuello y se  procedía a quemar el vello del rostro. Posteriormente, se cerraba el agujero del cuello y por la boca, se rellenaba la cabeza con arena caliente para moldear los rasgos. El paso final era coser  los labios y teñir la piel de negro, para que así el enemigo  no pueda ver y permanezca en la oscuridad.
Las tsantsas eran y son consideradas trofeos que se exhibían en las celebraciones, los shuar se las colocaban como collares porque eso reflejaba su estatus de grandes guerreros.

ENTREVISTAS:

Lcdo Jorge Ortega
Responsable del Programa Educativo "La Magia de Nuestros Taitas"



Lcda. Guadalupe Ordóñez
 Guía Turístico del Museo Pumapungo

 Lcdo. Fabián Moscoso
 Profesor de Filosofía del Colegio Octavio Cordero (Visitante del Parque)

Srta. Elisa Ruilova
 Alumna Visitante

REPORTAJE REALIZADO POR:
Mauricio Álvarez
Cristhian Palacios
Arturo Pesántez
Wilfrido González
Paúl Jimenez
Washington Castillo
Cristhian Torres
Andrés Yunga

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